La sangre en la orina, o hematuria, es el síntoma más común del cáncer de vejiga. Sin embargo, muchos pacientes con cantidades microscópicas de sangre en la orina en realidad no tienen cáncer de vejiga, aun así deben someterse a pruebas invasivas como la cistoscopia para descartarlo. Otros métodos de confirmación como tomografías computarizadas, pielografías intravenosas, rayos X, resonancias magnéticas, ecografías y citología de orina también tienen sus limitaciones. Ahora, una prueba de orina no invasiva con alta sensibilidad y valor predictivo negativo (VPN) puede ayudar a excluir a estos pacientes de someterse a procedimientos de cistoscopia invasivos innecesarios, simplificando así el proceso de diagnóstico.