La medicina personalizada comprende la prevención, el diagnóstico y tratamiento de cada paciente, basándose en la genética y el estilo de vida de cada persona. Para ello se utilizan biomarcadores que permiten identificar y clasificar a los pacientes según sus características individuales.
La Anatomía patológica es crucial en este nuevo enfoque; los estudios moleculares diseñados en los últimos años han permitido identificar “firmas genéticas” en multitud de neoplasias, que permiten al patólogo integrar la información histológica y molecular, con el fin de abordar estas enfermedades de una manera dirigida, más segura y efectiva.