El principal reto de la Anatomía Patológica (AP) se sitúa en optimizar el diagnóstico molecular del cáncer para identificar alteraciones susceptibles de recibir tratamientos terapéuticos específicos. Para alcanzar este objetivo, el aumento de los controles de calidad en los servicios de AP es altamente efectivo al garantizar la precisión y la fiabilidad en el diagnóstico de los tumores y disminuir posibles discordancias, que pueden superar el 20% de los casos. Así lo han explicado los expertos reunidos en la segunda edición del simposio ONCOPATH, organizado por la Fundación ECO, y que ha explorado el trabajo coordinado y multidisciplinar entre oncólogos y patólogos para una atención de calidad a los pacientes.